En la actualidad vivimos dentro de una comunidad donde la mayoría de las personas desconoce su cultura o no se identifica con ella. Creemos que este problema se va constituyendo por las grandes faltas que se han generado a lo largo del tiempo por parte del estado para conservar nuestra historia y costumbres. El gobierno recién hoy en día ha buscado técnicas y metodologías para conservar la cultura de nuestros pueblos originarios; pero, tales proyectos no incluyen a la comunidad, muestranse como algo ajeno a ella sin buscar una participación directa con la gente lo que provoca que exista menos identificación patrimonial.
Pensamos que es necesario, en primer lugar, que la sociedad exija su derecho de conocer en qué consisten las metodologías de investigación patrimonial que están en práctica, sus problemáticas y resultados, de una forma real y sin mitificaciones.
Además, tales planificaciones se deben caracterizar por realizarse de manera didáctica, entregando así, la posibilidad de una mejor comprensión hacia la comunidad de nuestra cultura.
Necesitamos facilitar la interpretación social y significativa de los bienes culturales dentro de la sociedad. Para esto pueden realizarse diversos espacios virtuales donde exista una interrelación de temas como naturaleza, historia, creatividad, educación y patrimonio.
Es por esto que en la actualidad gracias a factores tecnológicos, sociológicos y culturales ha sido trascendente la difusión del patrimonio extendiéndose a ámbitos como el ocio y la entretención.
Hay que hacer especial hincapié en la televisión, la que tiene las capacidades necesarias para la difusión del patrimonio, exponiendo el valor de este, provocando una mayor sensibilización cultural y acercamiento del patrimonio a la sociedad. Tales proyectos plantean un patrimonio abierto, social, socializador, con finalidades que repercuten directamente en la comunidad, en forma de conocimiento del patrimonio y su cultura como también en lo económico gracias al turismo cultural.
Por lo tanto, aquellos procesos de carácter didáctico, con la aplicación de múltiples recursos, generan que los ciudadanos tengan la capacidad de participar activamente de su patrimonio siendo capaces de comprender e interpretar significativamente los contenidos socio-históricos existentes en ellos y que los identifican como individuos pertenecientes a una cultura concreta.
Dentro de los gestores podemos identificar como ente importante los museos, ya que son aquellas instituciones que tienen mayores competencias respecto a la difusión del patrimonio. Los proyectos que sean difundidos por estos deben buscar una repercusión social significativa para la comunidad a la que va dirigida; además deben fomentar el interés por el conocimiento patrimonial hacia los turistas que se encuentren en la zona, proporcionando la información y recursos necesarios para ello.
Si intentamos buscar una relación entre la preservación del patrimonio como algo propio de nuestra cultura y la educación, podemos mencionar que muchos autores se refieren a tal relación con el nombre de “educación patrimonial”.
Tal teoría pretende lograr la apropiación y participación de los ciudadanos en la conservación y uso responsable del patrimonio cultural.
Por lo tanto asumimos a la educación patrimonial como un proceso pedagógico centrado en las percepciones, conocimientos y valores que subyacen en una sociedad. De esta manera el patrimonio se convierte en un recurso para el aprendizaje capaz de conectar al ciudadano con su diversidad cultural y su entorno social.
Las dimensiones pedagógicas que pretende abordar la educación patrimonial son: el conocer, el comprender, el valorar y el actuar; tales dimensiones se desenvuelven en las áreas educativas como la educación formal, la animación sociocultural (también se puede considerar como educación no formal) y la interpretación (educación informal).
Estas dimensiones se basan en un enfoque dialógico donde los participantes aportan en base a su visión y experiencia las concepciones que tienen ante un patrimonio cultural.
Cada dimensión deberá construir un puente entre, los planes/proyectos de conservación y, la percepción y necesidades de las poblaciones locales.
A pesar de la idea de generar una educación patrimonial, en la actualidad sigue siendo enormemente escasa la existencia de proyectos didácticos donde se desarrolle un planteamiento del patrimonio desde una mirada holística, como la forma potencialmente más coherente y significativa de hacer comprensible los elementos patrimoniales a la gran mayoría de la población. Por lo tanto es desde esta visión donde deben centrarse los esfuerzos del Estado y de los futuros estudios en el ámbito de la divulgación cultural del patrimonio.
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