Como hemos visto en la televisión, de hace algunos meses se ha presentado en los cortes comerciales una propaganda que refiere a la implementación de una nueva represa en Aysén.
La historia de este proyecto comienza a fines del 2004 cuando Endesa Chile inició un nuevo proceso de actualización y diseño de los aprovechamientos hidroeléctricos de las cuencas de los ríos Pascua y Baker con la incorporación de nuevas tecnologías y criterios de diseño que conllevan variables ambientales y sociales modernas, dando inicio al proyecto antes nombrado.
Con fecha 4 de septiembre del 2006, la Empresa Nacional de Electricidad S.A. y Endesa Inversiones Generales S.A., constituyeron la sociedad anónima “Centrales Hidroeléctricas de Aysén S.A.”
El Proyecto HidroAysén dice contribuir a la independencia energética de Chile al disminuir el consumo de combustibles importados - que presentan alta volatilidad de sus precios en los mercados internacionales - y dice buscar respuestas a una creciente preocupación por el medio ambiente y el desarrollo de alternativas de generación eficientes, limpias y renovables.
Tal represa tiene como justificación el hecho de que la sociedad sigue creciendo y las reservas de agua se están agotando. De acuerdo a cifras de la Comisión Nacional de Energía (CNE), Chile requiere del orden de 400 a 500 MW adicionales cada año o en otras palabras, supuestamente, se necesitaría duplicar su capacidad instalada en los próximos 10 a 12 años y “probablemente”, triplicarla entre los 20 y 24 años.
Según las corporaciones involucradas en el tema sostienen que Chile no produce más de un 4% del total de los combustibles fósiles que se consumen en la forma de petróleo, gas y carbón. Esto nos hace depender de la disponibilidad y de la alta variabilidad y volatilidad de los precios de estos insumos en los mercados internacionales. Al mismo tiempo, se han incrementado los proyectos de generación basados en combustibles fósiles con el consiguiente impacto sobre las emisiones de Gases de Efecto Invernadero a la atmósfera y su impacto en el cambio climático.
El fundamento más fuerte que tiene este proyecto es, que la fuente de generación energética más importante que tiene Chile es el agua. Esta es el único recurso propio, seguro, limpio, renovable y abundante para generar la energía que necesita el país. Chile tiene un potencial hidroeléctrico de aproximadamente 20.323 MW y en la actualidad supuestamente sólo se aprovecharía el 25%.
Pero todas estas justificaciones y beneficios que dice poseer tal proyecto son falsos, ya que este no entrega ningún cuidado ambiental.
Los comerciales que aparecen en la televisión relacionados con tal proyecto, sólo abordan de manera superficial en qué consiste e intentan abordar el tema de la crisis energética de manera que no exista otra opción que implementar una represa en el sur de Chile. Pero si nos informamos bien sabremos que nuestro país tiene el potencial necesario para ser una potencia mundial en el tema de la energía renovable, como la energía solar que tiene su mayor cúspide en la región de Atacama.
Por último, podemos decir que el proyecto Hidroaysén no es el mejor ejemplo de un cuidado hacia nuestro ambiente, ya que si se llevase a cabo inundaría miles de hectáreas de vegetación y materia orgánica, aportando de manera negativa al cambio climático. Además podemos decir que no es un proyecto que englobe a la energía renovable porque al matar la vida que existe en los ríos, va degradando las cuencas con el paso del tiempo.
Por lo tanto si aceptamos el proyecto de las represan en el sur de nuestro país en base a un comercial- que por lo cierto está muy bien hecho- el que muestra solamente lo positivo de este proyecto, estaríamos cayendo en un grave error, ya que quizás sea una buena opción momentánea, sería a futuro un grave error…como dice el dicho estaríamos aprobando un proyecto que nos daría “pan para hoy, y hambre para mañana”.
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